Aprender una cultura es como aprender a andar en bicicleta.


Hemos aprendido a manejarnos en nuestra propia cultura, del mismo modo en que aprendimos a andar en bicicleta.  Cultura es el "manual de instrucciones" que "mamamos" en el medio en que nos criamos o nos movemos, el conjunto de informaciones y referencias que nos orienta para funcionar adecuadamente, para sentir que pertenecemos a una sociedad, y que tenemos una identidad. Es un conjunto de conductas, experiencias, informaciones, valores, habilidades, archivados en nuestro cerebro a nivel profundo.


No somos totalmente concientes de nuestros automatismos conceptuales y puntos de vista, ni de todo lo que nos permite movernos como "peces en el agua" de modo "natural y fácil", hasta que nos vemos obligados a cambiar de contexto y necesitamos aprender a funcionar de otra manera, teniendo en cuenta otras reglas y referencias.



La experiencia que Destin Sandlin muestra en este video, es una excelente analogía acerca de las dificultades del proceso de adaptación a una nueva cultura.

Adaptarnos a una nueva cultura es para nuestro cerebro un desafío parecido a tratar de conducir una "bicicleta al revés".

Mirá:




Aunque la extrapolación de esta experiencia a la adaptación intercultural implica una cierta exageración, exagerar para amplificar algo es un recurso válido para que alguien que no lo experimentó o que se siente sorprendido ante su impericia, pueda entender la inercia que es característica de nuestros hábitos, justificar la fatiga cognitiva y validar la sensación de estrés que podemos sentir ante la necesidad imperiosa de cambiar hábitos arraigados, y tener que tolerar que los esfuerzos que hacemos para adaptarnos no resulten inmediatamente placenteros porque no cosechamos resultados en el plazo que nos gustaría. 


Andar en una bicicleta al revés puede parecer divertido pero tambien cansador y frustrante.

Ejemplos de "bicicletas culturales al revés": lidiar con idiomas que  implícan lógicas diferentes, artefactos que funcionan diferente, nuevos significados para viejos significantes, etc etc etc

Aprender a montar en bicicleta implica para el cerebro incorpoarar un ALGORITMO:  Un algorimo "es un conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución a cierto tipo de problemas", una definición que sintoniza bien con casi todas las definiciones de cultura.

El hombre es "un animal de costumbres" gracias a ese procesador de información que llamamos Cerebro.

Nuestro cerebro tiene la capacidad de encontrar e incorporar los algoritmos necesarios para las tareas complejas que necesita llevar a cabo;  adaptarse, readaptarse. Pero no es un proceso inmediato, hay una inercia, lleva tiempo, "conocer no es comprender", conocer y comprender no es "encarnar" que es lo que nuestra identidad y necesidad de eficacia y sentimiento de pertenencia, necesitan: hace falta tiempo y un trabajo a conciencia para metabolizar lo nuevo y diferente.
 
Afortunadamente, el cerebro es neuroplástico. La neuroplasticidad es "una propiedad que emerge de la naturaleza y funcionamiento de las neuronas cuando éstas establecen comunicación, y que modula la percepción de los estímulos del medio, tanto los que entran como los que salen. Esta dinámica deja una huella al tiempo que modifica la eficacia de la transferencia de la información. Dichas huellas son los elementos de construcción de la cosmovisión, en donde lo anterior modifica la percepción de lo siguiente" (Wikipedia). Es así que poco a poco se irán creando nuevas conexiones a medida que se incorporan las nuevas informaciones y así es que llegaremos a acostumbrarnos a casi todo. Tanto nos acostumbraremos, que luego nos costará retomar los hábitos de antes.

Otra de las analogías interesantes de este video, es la comprobación de que en la experiencia con "la bicicleta al revés" la adaptación que al adulto le lleva 8 meses, el niño la logra en dos semanas: en efecto, los niños tienden a adaptarse a los cambios más rápidamente que los adultos.

La tarea de aprender a funcionar en una nueva cultura requiere nuestro esfuerzo conciente para incorporar las novedades y a veces también descubrir los especiales significados afectivos que están abrochados a nuestras viejas conductas, y que contribuyen a su fijeza.


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