+ Cultura e Identidad

Los procesos migratorios tienen efectos sobre la cultura y la propia identidad. 

Una crisis de identidad puede darse cuando el migrante vive una realidad diferente y tiende a evaluar lo que se percibe y experimenta diariamente bajo la perspectiva de su propia cultura lo que, en ocasiones, puede generar sentimientos negativos o de rechazo hacia la comunidad de acogida. Estos sentimientos son la consecuencia de percibir la propia cultura como el único medio aceptable de valorar las actitudes y comportamientos que le rodean.(choque cultural).

Es importante que la persona que se dispone a emprender un proceso migratorio o que ya se encuentra inmersa en él, sea consciente cuando esto le ocurre, que identifique sus causas, que conozca los síntomas y desarrolle recursos para afrontarlo; así como que valore las ganancias personales que le va a aportar el proceso de aprendizaje intercultural en el que se va a ver inmersa/o.

El malestar en la nueva cultura y la afección a nivel de la identidad del migrante suelen 
experimentarse en las siguientes situaciones y en relación a las siguientes variables:

1.- los proyectos migratorios individuales;

2.- las redes interpersonales y comunitarias tanto en la sociedad de acogida como en la sociedad que se deja;

3.-la influencia de la convivencia en barrios con fuerte presencia de inmigrantes;

4.-la nueva economía de colectivos específicos de inmigrantes;

5.- la problemática particular de las parejas mixtas o biculturales;


6.- los matrimonios de conveniencia para obtener la nacionalidad;

7.- las trabas legales para regularizarse.

8.- entrega de hijos de inmigrantes en adopción, una vez obtenida la nacionalidad;

9.- leyes que rigen los reagrupamientos familiares;

10.- la discriminación concreta de una minoría;

11.- la dificultad en la inserción escolar y universitaria (guetos o integración escolar);

12.- la mujer que migra sola;

13.- la mujer que migra con hijos pequeños;


14.- la familia que migra en dos tiempos;

15.- los problemas de identidad de las segundas generaciones;

16.- la dificultad o imposibilidad de inserción laboral en su oficio.

17.- las trabas para la convalidación de titulación.

18.- los cambios culturales de la sociedad de acogida.


19.- la dificultad para sostener "roles parentales a distancia" (por ejemplo vía SKYPE),  
        cuando los hijos quedan distribuidos en distintos lugares geográficos por razones 
        laborales, o debido a separaciones de hecho o divorcio de la pareja parental.


La nueva realidad en el país de acogida, implica enfrentarse a nuevos retos que, en ocasiones, adoptan la forma de conflictos y dificultades de convivencia, lo mismo ocurre
en ocasión de una migración definitiva de retorno al país de origen.


Conceptos como “estrés aculturativo”, “duelo cultural”, “familia inmigrante”, “parejas mixtas”, “reagrupación familiar”, “familia transnacional”, “estereotipos”,“prejuicios” tanto en el terapeuta como en el inmigrante, son muy importantes a tener en cuenta para trabajar con personas de otras culturas.  

El conocimiento o información básica de aspectos culturales de las poblaciones a asistir es imprescindible para una adecuada intervención.

En este contexto, a través del diálogo intercultural terapéutico, vamos construyendo una identidad bicultural o multicultural, tanto en el profesional como en el individuo, pareja o familia inmigrante. Ello facilitará, respetando el deseo de cada persona o colectivo, una mayor posibilidad de integración o de adaptación a las distintas situaciones de la inmigración.

Deberemos respetar que muchas familias o individuos "vivan en un mundo" más "que en el otro" sin perder sus puntos de referencia. Solo a través del desarrollo de una sensibilidad cultural, seremos capaces de comprender la problemática del otro diferente, seleccionar las técnicas y estrategias para poder intervenir.


Por ello es recomendable que conozca de ante mano posibles situaciones conflictivas y las estrategias para transformarlas, así como habilidades sociales y de comunicación que nos ayuden a entendernos y a reaccionar adecuadamente en las distintas situaciones sociales y culturales con las que vamos a encontrarnos.



Fuente: Terapia  sin Fronteras, Madrid y SVE Servicio del Voluntariado Europeo.